Poemas

Las nubes caían sobre la ciudad áspera,
Y yo sentado con mis 20 cigarrillos de 50¢ cada uno
Fumaba y fumaba y constantemente prendía uno tras otro,
E incluso prendía uno con el que todavía no me acababa.

Entonces entendí la mayor parte de las
Desgracias humanas
Y
Entendí un poco a los dioses.

Las nubes amenazaban una lluvia
Que me alejaría
¿de mi tristeza o alegría?

todos los poemas son la mejor medecina para el rencor de los demas

Solo para llegar a casa ... en la cera de mi estacion, no se guarda la llegada de lo fraterno e inavitual... solo las preguntas de las entrañas previstas y esfumadas...

se abre la puerta de golpe, de la mañana de los niños ... cuando se enciende el conocimiento para encontrar el color y la existencia de al lado ...

ya lo has visto antes. ya lo has tomado en tus dedos, escuchaste y sentiste tres mil veces y otras mas...

ahora todo calla alrededor... prendes la vela, y lo es de verdad
... en el campamento todos duermen...

mas la mentes mas abiertas no tan eradas por que si nunca vieran te nido al gin alado

Maldita la sangre que domina al miembro,
y no puedes hacer nada,
porque su lengua, sus caderas, te inquietan.
Jamás viste algo tan bello.

Pobre estatua,
encadenada a unos ojos de perro,
sigue mirando.
Sigue mirando y disfruta.

Mira y mastúrbate porque ahora me ves
y no me verás más.

Mira y no pienses en mí.
más tarde, inevitablemente, lo harás.

Te azotaré hasta morir.
Y con tu sangre rociaré mis pechos,
y haré dibujos.
Será entonces cuando disfrute.

Un minuto antes de tu muerte
me correré con tu agonía.

Con una mano, seguiré dibujando mi cuerpo,
con tu sangre, en mi hueco.
Con la otra, sacaré tus ojos de ese sitio en el que están.

Pero acariciaré tu miembro, aún erecto.

Me apiadaré de ti para,
un segundo antes de eyacular,
poder matarte.

Y aún antes de morir,
gozarás con mi jugosa mano,
que hará que cierres tus párpados,
ya vacíos.

Qué ojos tan bellos.
Podrían pasar por los mejores de mi reino.

dedicado en 2012, con enorme agradecimiento y bolas de energía
a diana j. torres "pornoterrorista" y carne cruda de radio 3

No me gustRon no fueron de mi agrado

Bruno era un niño que vivía en su calle.
La calle única. En su calle única. Su calle.
Sólo su calle.
La calle de él. Suya. Única.

Bruno era un niño único que vivía en una calle única y suya.

Y allí estaba, y allí vivía.
Como único que era. Como única era su calle.
Y allí era.

Y era música. Y era músico.
Y su música era única. Como su calle.
Y su calle era música. Como él.
Como sus amigos. Como su vida.

Y no tenía número en su calle.
No tenía. Sin número.
Calle única sin número.

Bruno no tenía número. Y su calle era única.

la calle única, 18 de septiembre 2008

Ser como el viento y abandonar el sentido
recorrer tu belleza hasta quedar dormido
aun en mis sueños puedo verte
cautivante adiccion enterrada en mi mente
a donde ha ido la razon cuando tu presencia esta escondida
mortales momentos que aniquilan a mi vida retumbando tu trizte partida